IGLESIA MISIONERA EUCARÍSTICA DEL ESPIRITU SANTO

Quiénes Somos

Conoce los orígenes, la misión y el camino de fe de la Iglesia Misionera Eucarística del Espíritu Santo.

IGLESIA MISIONERA EUCARÍSTICA DEL ESPIRITU SANTO

Quiénes Somos

Conoce los orígenes, la misión y el camino de fe de la Iglesia Misionera Eucarística del Espíritu Santo.

Nuestra Historia

Somos una comunidad católica, fundada en un milagro eucarístico.

Orígenes

La Iglesia Misionera Eucarística del Espíritu Santo tiene sus raíces en la década de 1970, en la localidad de La Falda, provincia de Córdoba, Argentina. En ese tiempo, un grupo de fieles se reunía con frecuencia para orar y celebrar vigilias en un ambiente de profunda fe. Estas reuniones, marcadas por una vida de oración intensa y comunitaria, prepararon el terreno para un acontecimiento extraordinario que daría forma a la identidad de la futura Iglesia.

La comunidad creció en torno a la experiencia de la oración compartida y a la convicción de que Dios se manifestaba de manera viva en medio de ellos. En ese marco, se gestó la experiencia fundacional que, con el tiempo, sería reconocida como el signo visible del inicio de la Iglesia Misionera: el milagro de la Santísima Hostia Sangrante.

“En las vigilias de oración en La Falda, los fieles descubrieron la certeza de que Dios se manifestaba vivo en medio de su pueblo.”

Fundación

El 24 de junio de 1973, durante la celebración de la Santa Misa presidida por el entonces sacerdote Bruno Tinivelli Fangelli, se produjo el acontecimiento fundacional. En el momento de la consagración, observó que la Hostia comenzaba a presentar manchas de sangre. Primero pensó que podía provenir de una herida en sus manos o de una hemorragia nasal, pero al comprobar que no era así, vio que las manchas se multiplicaban.

Al aparecer la tercera mancha, los cincuenta a sesenta fieles presentes fueron alcanzados por una fuerza que los postró en el suelo, en un estado de éxtasis acompañado de visiones. Cada persona experimentó una visión distinta: entre ellas, la de un niño que vio cómo el cáliz sobre el altar desbordaba sangre que se derramaba.

“El 24 de junio de 1973, la Hostia Sangrante se convirtió en la señal fundacional de una Iglesia llamada a proclamar la presencia real de Cristo en la Eucaristía.”

Las tres manchas de sangre en la Hostia conformaron la figura de un racimo de uvas. La Hostia fue reservada en el sagrario y, quince días después, se confeccionó un relicario para protegerla. Dada la fragilidad del espacio, se decidió colocar junto a ella una Hostia suplementaria, que al poco tiempo también mostró signos extraordinarios: una mancha de sangre fresca que tomó la forma del rostro de Cristo lacerado con la corona de espinas.

Desde ese momento y durante las dos décadas siguientes, ambas Hostias sangraron reiteradamente, en especial los Jueves y Viernes Santos y en cada aniversario del 24 de junio. El fenómeno también se manifestó fuera de Córdoba: en 1990, la Hostia sangró en Neuquén, mientras estaba siendo colocada en la custodia.

El 24 de junio de 1993, en la celebración del vigésimo aniversario, presidida por Mons. Camargo Melo, obispo primado de la Iglesia Católica Apostólica Nacional Mexicana, ocurrió un nuevo signo: al finalizar la comunión, apareció una Hostia sobre la patena y, simultáneamente, el botellón con el vino consagrado presentó un fenómeno visible semejante a gotas de agua y sangre condensadas en el exterior del vidrio. Estos hechos fueron presenciados por toda la asamblea y registrados en archivos de video.

El último sangrado documentado de la Hostia original tuvo lugar el 14 de mayo de 2005, en vísperas de Pentecostés. La mancha inicial, con forma de racimo de uvas, tomó entonces la figura de un corazón. A lo largo de más de tres décadas, las Hostias permanecieron intactas, sin corromperse ni alterarse, constituyendo lo que la comunidad denomina la Señal Eucarística: una manifestación permanente de la presencia real de Cristo, un llamado a la fe y a la conversión.

Nuestro Fundador

Monseñor Bruno Tinivelli Fangelli

Monseñor Bruno Tinivelli Fangelli

El fundador de la Iglesia Misionera Eucarística del Espíritu Santo fue † Monseñor Bruno Tinivelli Fangelli. Nació en Córdoba en una familia católica. Su madre, Rosa —recordada como “Mamá Rosa”— relataba que desde niño mostraba inclinación por la fe y solía jugar a celebrar misa.

En su juventud ingresó al seminario, donde recibió formación y acompañamiento espiritual. En ese tiempo tuvo un encuentro decisivo con el beato Santiago Alberione, fundador de la Familia Paulina, quien al conocerlo le confirmó su vocación y le anunció que Dios lo llamaba a una misión particular.

“Mons. Bruno Tinivelli Fangelli dedicó su vida a la Eucaristía, a los pobres y al servicio pastoral, dejando como herencia una comunidad nacida de un milagro.”

Ordenado sacerdote, se dedicó al servicio en comunidades humildes y villas, mostrando cercanía con los pobres y sensibilidad pastoral con los marginados. Fue nombrado exorcista y acompañó a numerosos fieles en situaciones de sufrimiento espiritual. Entre los testimonios de su vida pastoral se recuerda también su encuentro con Santa Teresa de Calcuta en Roma, quien le pidió su bendición con humildad y oró por él.

El 24 de junio de 1973 fue testigo del milagro fundacional de la Hostia Sangrante, que lo marcó de manera definitiva. Desde entonces asumió la tarea de guiar a la comunidad que nació de ese acontecimiento, la cual se consolidó como la Iglesia Misionera Eucarística del Espíritu Santo. Su ministerio se caracterizó por insistir en la centralidad de la Eucaristía, en la importancia de la humildad y en el amor como fundamento del servicio pastoral.

Documentación

Testimonios y archivos que conservan la memoria de nuestro fundador.

Programa Moveremos las Montañas

Resumen del programa de radio con Mons. Bruno sobre la Hostia Sangrante.

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Programa Moveremos las Montañas

Resumen del programa de radio con Mons. Bruno sobre la Hostia Sangrante.

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Entrevista a Mamá Rosa 1/2

Breve testimonio de la madre de Mons. Bruno sobre su vida y vocación.

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Entrevista a Mamá Rosa 1/2

Breve testimonio de la madre de Mons. Bruno sobre su vida y vocación.

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Entrevista a Mamá Rosa 2/2

Breve testimonio de la madre de Mons. Bruno sobre su vida y vocación.

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Entrevista a Mamá Rosa 2/2

Breve testimonio de la madre de Mons. Bruno sobre su vida y vocación.

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Historias de cuando era seminarista

Relato y transcripción del encuentro de Mons. Bruno con la santa de Calcuta.

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Historias de cuando era seminarista

Relato y transcripción del encuentro de Mons. Bruno con la santa de Calcuta.

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El Milagro

Somos una comunidad católica, fundada en un milagro eucarístico.

La Señal Eucarística

La historia de la Iglesia Misionera Eucarística del Espíritu Santo está marcada de manera indeleble por un hecho sobrenatural: la manifestación visible de Cristo en la Eucaristía. El 24 de junio de 1973, en la localidad de La Falda (Córdoba, Argentina), durante la celebración de la Santa Misa, ocurrió el primero de los milagros que darían origen a la comunidad.

En el momento de la consagración, el entonces sacerdote Bruno Tinivelli Fangelli observó cómo la Hostia consagrada comenzaba a mancharse con sangre. Tras descartar que proviniera de una herida propia, comprobó que la sangre brotaba de la Hostia misma. Mientras los fieles miraban sorprendidos, la tercera mancha formó un racimo de uvas. En ese instante, todos los presentes —unas 50 a 60 personas— fueron alcanzados por un golpe de energía que los dejó postrados en el suelo, en estado de éxtasis, experimentando visiones diversas.

“Las Hostias permanecieron sin corromperse, apolillarse ni enmohecerse. Constituyen, aún hoy, un signo vivo de la presencia de Cristo, verdadero Cuerpo y Sangre, Alma y Divinidad.”

A partir de ese día, la Hostia Sangrante fue reservada en el sagrario. Dos semanas más tarde, se confeccionó un relicario para preservarla. Para protegerla, se colocó junto a ella una Hostia suplementaria. En poco tiempo, esta segunda Hostia también presentó signos extraordinarios: apareció una mancha fresca de sangre que, con el paso del tiempo, se reveló como la imagen del rostro de Cristo lacerado y coronado de espinas.

Estos sucesos no se limitaron a 1973. En las décadas siguientes, las dos Hostias Sangrantes manifestaron nuevos signos en fechas significativas: durante exposiciones para la adoración, en Jueves y Viernes Santos, y en cada aniversario del 24 de junio. En 1990, uno de los sangrados ocurrió en Neuquén, en manos de Mons. Luis Agüero. Y en 1993, durante el vigésimo aniversario, con la presencia de obispos y sacerdotes invitados, se produjo un nuevo milagro: la aparición de una Hostia sobre la patena y la emanación de gotas visibles de sudor santo en el botellón de vino consagrado.

El último sangrado registrado de la Hostia original tuvo lugar en mayo de 2005, cuando la mancha inicial se transformó en la forma de un corazón. Estos acontecimientos, conservados con fidelidad, constituyen una Señal Eucarística permanente que acompaña a la comunidad hasta el día de hoy.

1973

First Design Software Encounter

Discovered Photoshop and fell in love with the endless creative possibilities.

1973

High School Design Club Leadership

Founded and led a design club, honing leadership and collaboration skills.

1990

Freelance Logo Gig

Landed first paying design job, creating a memorable logo for a local business.

1973·1992

Design Internship

Secured a position at a design agency, gaining real-world experience and industry insights.

1993

Adobe Creative Cloud Mastery

Mastered Illustrator, InDesign, and expanded skills with various Adobe tools.

1999

Adobe Creative Cloud Mastery

Mastered Illustrator, InDesign, and expanded skills with various Adobe tools.

2005

Adobe Creative Cloud Mastery

Mastered Illustrator, InDesign, and expanded skills with various Adobe tools.

Significado Espiritual

Desde el inicio, la comunidad ha comprendido los milagros eucarísticos no solo como hechos extraordinarios, sino como un mensaje profundo dirigido a la Iglesia y al mundo.

El racimo de uvas formado por la sangre en la primera Hostia es un signo teológico de gran riqueza: evoca la unión de Cristo, verdadera vid, con los fieles como sarmientos, y remite directamente al misterio del vino transformado en su Sangre durante la Eucaristía. La presencia de esta figura recuerda que la vida cristiana está injertada en Cristo y que la salvación es fruto de su sacrificio.

La segunda Hostia, en la que apareció el rostro lacerado de Cristo, expresa el misterio de la Pasión. El rostro sufriente, con la corona de espinas, manifiesta la entrega redentora del Señor, que asume el dolor de la humanidad para ofrecerle vida nueva. Para la comunidad, esta imagen ha sido un llamado a vivir la fe desde la compasión, la humildad y el amor sacrificial.

Los sangrados sucesivos, la Hostia aparecida y el fenómeno del vino consagrado que “sudó” agua y sangre son interpretados como prolongaciones de aquel primer signo. Cada nueva manifestación reafirma la verdad central de la fe católica: Jesús está real y verdaderamente presente en la Eucaristía, con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.

Así, la Señal Eucarística se convirtió en fundamento espiritual de la Iglesia Misionera. No es un recuerdo del pasado, sino una presencia constante que acompaña a la comunidad y la impulsa a vivir su misión de evangelización. Los milagros son, en definitiva, un llamado universal al arrepentimiento y a la conversión, recordando que la Eucaristía es centro de la vida cristiana y fuente de la comunión con Dios y con los hermanos.

Valores Institucionales

La fe se vive en misión, servicio y comunión.
Eucaristía

El centro de nuestra vida comunitaria es la celebración eucarística.

Eucaristía

El centro de nuestra vida comunitaria es la celebración eucarística.

Misión

Ser una iglesia misionera que anuncia el Evangelio a través del testimonio eucarístico.

Misión

Ser una iglesia misionera que anuncia el Evangelio a través del testimonio eucarístico.

Visión

Una iglesia que irradie la presencia de Cristo Eucarístico, transformando corazones.

Visión

Una iglesia que irradie la presencia de Cristo Eucarístico, transformando corazones.

Objetivos Pastorales

Guiar a los fieles hacia una vida centrada en la Eucaristía, fortaleciendo la fe y el testimonio cristiano.

Compromiso Social

Responder con caridad a las necesidades de los hermanos, construyendo fraternidad y esperanza.

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